Terapia
¿Cuándo se recomienda acudir a una terapia?
Todas las personas y parejas tenemos problemas, lo cual no siempre es motivo para acudir con un especialista. Comúnmente intentamos resolver las pequeñas dificultades cotidianas nosotros mismos, sobre todo porque en nuestra cultura nos han educado con la filosofía de que “la ropa sucia, se lava en casa”. A menudo, cuando no encontramos soluciones satisfactorias en nuestra propia experiencia, recurrimos a recursos de nuestro entorno inmediato, leemos un libro o bien pedimos un consejo a las personas que consideramos más cercanas. Estas herramientas son sin duda importantes y muy válidas. Si el problema se resuelve, ya está, no es necesario pedir más ayuda, sin embargo, cuando no encontramos soluciones en los recursos propios o inmediatos, es entonces el momento de recurrir a una persona más especializada.
La solución de un problema de este tipo puede equipararse a lo que ocurre usualmente con una cuestión médica. Por lo general, cuando te duele el estómago intentas aliviarte con recursos propios, primero te das un tiempo para que el malestar vaya mejorando, más tarde tomas un té, vas al baño, etcétera. Luego, si no funcionan estos intentos, comentas sobre tu molestia a las personas de confianza, buscando encontrar otros remedios para ponerlos a prueba. Una vez que nada ha funcionando y el dolor continúa, o cuando incluso se ha hecho más agudo, sabes que es el momento de acudir a una consulta médica.
La psicoterapia funciona igual, muchas veces es difícil solucionar nuestros problemas con los recursos que tenemos a la mano, sobre todo cuando estamos profundamente implicados en ellos. En esos casos es preciso pedir el apoyo de un especialista.
De manera específica, la terapia de pareja nos ayuda como herramienta de mediación entre las personas implicadas, al tiempo que nos propone otras formas de relación en beneficio de ambos. Todos sabemos que es relativamente sencillo encontrar personas con quien pasarla bien, sin embargo cuando pretendemos encontrar a alguien que valga la pena, la situación se torna más compleja. Es por ello que se recomienda que cuando has encontrado a una persona que valoras de verdad, no debes dejarla ir sin antes intentar rescatar la relación y arreglar los problemas que han surgido. Si se logra solucionar la problemática: maravilloso. Por el contrario, si se agotan los recursos y no se logran soluciones, lo más seguro es que venga la separación, aunque ahora de una manera más enriquecedora, con la convicción de que efectivamente no hay soluciones y de que esa es la mejor opción, en el reconocimiento de que la experiencia servirá para construir una mejor relación en el futuro.
Por su parte, la terapia sexual ayuda tanto a las personas en lo individual como a la relación de pareja a fin de lograr una sexualidad satisfactoria y saludable psicológica, emocional, relacional y físicamente, características que muchas veces se ven insatisfechas debido a determinada educación sexual o a la ausencia de ella. En otros casos, la dificultad para llevar una sexualidad plena es resultado de experiencias sexuales negativas, por la dificultad en el acoplamiento sexual con la pareja, por problemas personales, o incluso, debido a situaciones físicas o cuestiones técnicas, entre muchas otras.
Por todo ello, es importante entender que la sexualidad no significa sólo mantener una relación sexual por la pura satisfacción, en realidad nuestra sexualidad tiene que ver con cuestiones mucho más profundas de vinculación, comunicación y autoestima, de aprendizaje sobre el cuerpo propio y el ajeno, de profundidad y unión en las relaciones, eso es lo que nos aporta energía y pasión de vida.